Al término de los estudios de secundaria en 1952, el colegio organiza una ceremonia de graduación que en un principio se hace en el Salón Piamonte y posteriormente en el Salón de los Abanicos.

En este evento el Colegio entregaba diplomas a los alumnos por terminación de la secundaria, otro por  promedios altos y una medalla con el escudo del colegio a los que eran alumnos desde preescolar. Las alumnas iban con vestido largo blanco y los alumnos con traje oscuro.

Cuando salió la primera generación de preparatoria, para distinguir a las alumnas que terminaban secundaria de las que terminaban preparatoria, las primeras  vestían de corto y las segundas de largo.

Para asistir al baile se pagaba una entrada y las consumiciones eran por cuenta de los asistentes, no había cena formal para respetar la situación económica de los padres, que podría impedir la asistencia de sus hijos a la graduación.

El profesor Luis Castillo se tomaba muy en serio este evento y hacía desfilar a los alumnos con el fondo musical de la marcha triunfal de Aída y a bailar un vals de Strauss, se hacía un ensayo en el salón, en el cual acometía la tarea de enseñar a bailar el vals a aquellos que no supieran.

A medida que transcurre el tiempo, ya siendo el maestro Castillo director general, se suprime la graduación de los alumnos de secundaria y los alumnos de la preparatoria piden que ya no sea obligatorio el color blanco en los vestidos de las alumnas, el protocolo del desfile ni que el primer baile sea un vals.

Posteriormente cuando se cambia el colegio a Tlalpan, se separa la graduación académica del baile, este es organizado por los alumnos y el colegio se encarga de una graduación académica que se celebra en sus instalaciones. Se entregan reconocimientos por la terminación de los estudios de preparatoria a los altos promedios y a los alumnos que están desde preescolar en la Institución.