Los maestros fundadores del Colegio Madrid se formaron académica y pedagógicamente en los años previos a la Segunda República cobijados por las ideas de Francisco Giner de los Ríos y Manuel Bartolomé Cossío, reconociendo que el centro del proceso educativo y la razón de ser de la educación y formación integral son los niños y jóvenes estudiantes.

Durante los años de la Segunda República Española de 1931-1939, nuestros maestros pasaron de su formación a la práctica y fueron artífices de uno de los proyectos educativos más modernos y ambiciosos de su época. Este proyecto educativo, además de dignificar el trabajo docente y combatir el rezago educativo español, apostaba por la formación integral, científica y cultural, de toda su población.

La guerra civil y el triunfo fascista los convirtieron en exiliados y en México se les encomendó fundar el Colegio y atender y proteger a los niños del exilio. Pronto el Colegio Madrid echó raíces en México y se convirtió en una institución de vanguardia e innovación, gracias a los conocimientos y la gestión de sus primeros profesores.

Jesús Revaque, Santiago Hernández Ruiz, Ángeles Gómez, Baudilio Riesco, Ricardo Fernández, Agustín Sala, José Albert, Jesús Bernárdez, José Gil, Ramón Fontanet, José Acero, Narciso Costa, María Leal, Godfrey Gladston, Helena Martínez, Alicia Díez, Antonia Simón, Juana Just, Teresa Vilasetrú, Pilar Valles, María Monte, Carmen Orozco, Valentina Rivero, Marcelina Maestre, Carmen Álvarez Coque, Florence Scalir, Rafaela Camoin, entre otros son los nombres de aquella primera generación de maestros del Colegio Madrid, quienes hicieron de él, un espacio de diálogo, formación y educación de nuestra niñez y juventud.

El éxito de sus prácticas pedagógicas se basaban en la fortaleza de los conocimientos que impartían de matemáticas, con base en ejercicios de cálculo mental, mecanizaciones, problemas y geometría. El conocimiento de la lengua española por medio de la lectura de comprensión, gramática, ortografía, redacción y una buena caligrafía. La historia y geografía en un principio fueron de España, de inmediato los propios profesores tuvieron que aprender la historia y la geografía de México para poderla impartir a su vez a sus alumnos, lo mismo que los contenidos de civismo.

Tenían un interés particular en los progresos del grupo en general y el seguimiento de cada uno de los alumnos en particular. La gestión de la clase en los primeros años del Colegio revistió ciertas dificultades, ya que los niños venían de una guerra, de campos de concentración, del miedo y de la inestabilidad. Tenían diferentes dominios del idioma y nivel de conocimientos, por lo que los grupos eran muy heterogéneos. Con estos niños los primeros profesores hicieron maravillas, egresando de la primaria con una sólida formación académica, cultural y social.