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El 14 de abril de 1931 triunfó en las elecciones municipales de España un proyecto republicano que se definió como una “República democrática de trabajadores de toda clase”. El nuevo gobierno emprendió una serie de reformas con el objetivo de construir un Estado laico, reducir el poder del ejército y la iglesia, y que buscaba remontar una larga historia de desigualdad y de carencias, a partir de la dignificación de los campesinos y trabajadores españoles, largamente segregados y oprimidos, carentes de oportunidades reales de desarrollo.

El proyecto educativo de la República establecía la educación laica y para todos con el fin del desarrollo cultural y educativo de España, después de siglos de censura y represión por parte de la Monarquía y la Iglesia. En primer lugar se combatió el rezago educativo, que llegaba a una cuarta parte de la población adulta analfabeta, para lo cual se fundaron alrededor de 10 mil escuelas entre 1931 y 1936 y se formaron decenas de miles de maestras y maestros, además de que se dignificó su labor aumentando considerablemente sus salarios y prestaciones.

Pedagógicamente la reforma se sustentó en las teorías educativas más innovadoras que eran la base de la Institución Libre de Enseñanza de Francisco Giner de Los Ríos y el Instituto Escuela de Manuel Bartolomé Cossío. Por otro lado había un grave problema de acceso a la educación y la cultura de miles de poblados aislados y rurales, para lo cual se fundaron las Misiones Pedagógicas.

El proyecto republicano se truncó con la guerra civil cuando regresó el autoritarismo, el dogma y la censura que caracterizó la educación en la época del franquismo. Muchos de los artífices de este proyecto tuvieron que salir de España, llegando a América y México, donde encontraron tierra fértil para su labor.